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Rebecca Lee Kunz (Nación Cherokee de Oklahoma), Coyote Skin – Dusty Paws [Piel de coyote – Patas polvorientas], 2022.
Queridas amigas y amigos:
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Leer los documentos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) me deja con ánimo sombrío. Todo parece terrible. Esto se debe, en gran medida, a los procesos sociales impulsados por el capitalismo, entre ellos el uso agresivo de la naturaleza y la dependencia de combustibles fósiles. Por ejemplo:
1. – Un millón de las aproximadamente ocho millones de especies de plantas y animales del planeta están amenazadas de extinción.
2. – La principal amenaza para la mayoría de las especies en riesgo de extinción es la pérdida de biodiversidad provocada por el sistema capitalista de producción agroalimentaria.
3. – La producción agrícola, que actualmente ocupa más del 30 % de la superficie habitable del planeta, es responsable del 86 % de las pérdidas previstas de biodiversidad terrestre, debido a la conversión de tierras, la contaminación y la degradación del suelo.
Estos son apenas tres puntos entre los cientos que podrían mencionarse a partir de otros tantos documentos científicos. Es importante subrayar que el deterioro ambiental no ha sido causado por los seres humanos en general, sino por una forma particular de organización de la sociedad que llamamos capitalismo.
Michael Armitage (Kenia), Dandora (Xala, Músicos), 2022.
El problema del término Antropoceno (utilizado primero por científicxs y luego por cientistas sociales) es que sugiere que la humanidad, como un todo homogéneo, ha creado la crisis ecológica que enfrentamos. Esta idea minimiza sutilmente el papel del sistema capitalista y las divisiones de clase y nacionales que lo acompañan. Sin embargo, los datos muestran que la humanidad está utilizando el equivalente a aproximadamente 1,7 planetas Tierra para sostener los actuales niveles de consumo. Es decir, consumimos un 75 % más rápido de lo que la naturaleza puede regenerar cada año. A menos que encontremos otro planeta habitable, no hay forma matemática de resolver este problema. Y no se trata únicamente del clima, sino también del estrés ambiental que hemos impuesto sobre la Tierra, a través de la deforestación, la sobrepesca, el uso excesivo de agua dulce y la degradación de los suelos.
Seguir leyendo Por favor, evitemos que el planeta arda | Boletín 23 (2025)